"Honrar, honra", es un pensamiento martiano que Ibrahim Ferrer siempre tuvo en cuenta. Por esa razón honraba desde muy joven a Faustino Oramas, "el guayabero" a quien admiraba , cantandole sus canciones o citandole en las que escribía.
En muchas de las grabaciones que nos dejó, menciona a este popular juglar como un amigo muy querido, orgulloso de contarse entre los amigos del Guayabero, compartia su música y la disfrutaba, por esta misma razón en los discos que grabara con Buena Vista Social Club siempre hubo un espacio para cantarle.
Faustino ha pasado a la historia de la música popular cubana como "El gran juglar" o como "El rey del doble sentido", basta con escuchar una pequeña estrofa salida de su genio creador, para darnos cuenta enseguida que estamos ante un hombre de talento natural para decir en sus canciones lo que nos gusta escuchar.
De él escribió hace algunos años Nereyda Barceló la siguiente nota:
Faustino Oramas, el genial trovador-sonero nacido en Holguín el 4 de junio de 1911 ha enriquecido el panorama musical cubano con sus picarescas composiciones desde que se inició a los 15 años de edad con el Sexteto La Tropical de la Ciudad de los Parques.
"El Guayabero" ha dotado la tradición musical criolla de los rítmicos compases que le ha agregado a sus humorísticas y populares improvisaciones.
¿Por qué le dicen "El Guayabero" a este original juglar que durante más de siete décadas de labor artística ha divertido a más de tres generaciones de cubanos, primeramente en la zona nor oriental de la isla y luego en todo el país hasta que sus alegres y divertidas melodías trascendieron a otras ciudades de nuestro Continente?
El propio artista contesta la pregunta: "Me dicen así gracias a una trigueña. O más bien a un marido celoso de un lugarcito de Oriente llamado Guayabero, adonde fui a cantar para ganarme la vida y por poco encuentro la muerte. Ella fue atenta conmigo y la gente del bar le fue con el chisme al marido, un guardia bruto de aquellos de antes. Bueno, para qué contar. Salí echando con los músicos y en el camino salió la canción:
Trigueñita del alma no me niegues tu amor, / trigueñita del alma dame tu corazón, / nunca pienses que un día / pueda yo olvidarte. / ¡En Guayabero, mamá, me quieren dar! / ¡En guayabero, mamá, me quieren dar!
"Luego, el gran sonero y bolerista Pacho Alonso me pidió la canción y la puso a recorrer el mundo en los años 60. Aquello fue el acabose."
Con el tres al brazo, mayormente vestido con traje y corbata y su inseparable sombrero "huevo frito" de pajilla, muy popular en Cuba por los años 30 siempre ha dicho que las mujeres son su obsesión y la guaracha, su fuerte.
Ha viajado por varios países donde siempre ha causado admiración por la originalidad de sus interpretaciones, en Francia, España, Holanda, México el público aplaudió delirantemente a este travador sui géneris que hace bailar a todos con sus alegres y movidas melodías, además de sus ocurrentes chistes y anécdotas que le han ocurrido a él durante su vida juglaresca.
Jerarca del choteo criollo y del doble sentido, El Guayabero reconoce que Marieta, ¡Santa palabra!, es su niña linda, la más mimada y conocida de sus musas.
"Es un ser real, que en sus tiempos fue una mulata preciosa –todavía debe estar dando que hacer- y estuvo cerca de mí como unos doce años." Le ayudó a ordenar su vida y a espantar los fantasmas del miedo cuando este la asaltó. No por gusto A mí me gusta que baile Marieta es la más popular de sus canciones.
El también hizo las delicias del público que abarrotó los sitios donde se celebró en Calasparra, Murcia, España el Festival de la Música Tradicional Cubana con temas como "Cuidado con el perro", "Mañana me voy" y por supuesto "Cómo baila Marieta".
Galardonado con las distinciones: Félix Varela, Por la Cultura Nacional, el Hacha de Holguín, símbolo de la Ciudad, el Escudo de la Ciudad y el Premio Nacional del Humor 2002, esos reconocimientos no han logrado que "El guayabero" pierda su singular modestia y su original modo de vestir como todo un elegante trovador-sonero.
Según el investigador del Centro Provincial de la Música de la Provincia de Holguín las guarachas y los sones de Faustino Oramas se han cantado desde la década del 40 por grandes artistas, desde Libertad Lamarque, con Tumbaíto, hasta Pacho Alonso y Neno González.
Faustino es un artista que prestigia la música no solo holguinera, sino cubana, al cual debemos reverenciar para que los nuevos compositores, las agrupaciones, estimulen el cultivo de música con un sello indiscutible de cubanía y lo proyecten hacia las nuevas generaciones.
En estos días que la salud de nuestro Guayabero está bastante quebrantada, recordamos cómo su choteo ha llegado también al
controvertido tema del final de la vida y lo ha expresado de esta forma:
"La muerte viene y no te avisa. El día que te toca no hay quien te la quite de encima. Es lo que yo digo en una de mis guarachas que dice así:
Es la filosofía de la vida / Nadie se escapa / Cuando el tren para en tu puerta / no vale que llévate a mi hermano que está más viejo / déjame vestirme o a ver si me pelo / La vida es un tren expreso que recorre leguas miles / El tiempo son los raíles y el tren no tiene regreso."
Pocos días despues de aparecer este escrito en la prensa cubana, Faustino Oramas dejaba de existir, era el 27 de Marzo de 2007.
Muchas veces la vida con sus caprichos va encadenando situaciones y es el caso de la relación que se genera a partir de Ibrahim con El Guayabero, de mi reralción afectiva con Ibrahim, de la relación entrañable que tengo con Antonio Escribano y la relación tan estrecha que existió entre este y El Guayabero, Todo esto creo que sea lo que ha generado mi reencuentro con Antonio y su homenaje a Faustino Oramas en Calasparra, Murcia.
"SANTA PALABRA" un santuario musical sin lugar a dudas, merecido homenaje que al eterno trovador "El Guayabero" le brinda su amigo Antonio Escribano y que "El Rincón Cubano" apoya incondicionalmente, con el solo objetivo de lograr que se extienda en el tiempo la presencia de este hermoso lugar.
Todos vamos en el mismo tren, "El tren de la vida", el tren al que "El guayabero" nos subiese a todos un día.
Oniel Moisés Uriarte.
El Rincón Cubano Comercial.
En 2005 asistí en el centro de Madrid, a una actividad cultural relacionada con Cuba y como ya es costumbre asumida, al finalizar nos fuimos a tomar una copa a un lugar muy particular en la ciudad, El Bar "Yemayá" ubicado en la calle Reina nº1 del barrio de Chueca. Al llegar me presentaron a Pilar Zumel artífice y promotora de Yemayá, un espacio cultural donde en el ambiente flota y se respira Cuba en letras mayúsculas. Para el recibimiento, su amplia y sincera sonrisa, durante la estancia, el reconfortante reconocimiento y agradecimiento a tan noble empeño, y para la despedida, el compromiso de regresar, siempre. 
Yemayá es la evocación de los espacios culturales de la Habana donde por años se han nucleado intelectuales, artistas y soñadores cubanos, me recordó mis años de reuniones en La Casa del Joven Creador en la Habana Vieja, las peñas de la Trova del Parque Almendares y las tertulias del Hurón Azul en el patio de la UNEAC, lugares que siempre han existido en nuestra necesidad de comunicación y que han ocupado espacios relevantes en la cultura de nuestro país, al conocer que Yemayá existía, descubrí que no estábamos privados a tanta distancia de nuestras raíces, del privilegio reclamado y compartido de contar en Madrid con un lugar tan entrañable.
